
La presentación del nuevo casco de Franco Colapinto en el Gran Premio de Estados Unidos se convirtió en el epicentro de una estrategia que va más allá del deporte: es una articulación precisa entre marca, cultura y experiencia. Al lucir un diseño que homenajea a la “Misión Argentina” de 1969 —cuando los Torino participaron en las 84 Horas de Nürburgring bajo la guía de Juan Manuel Fangio— el piloto argentino no solo rindió tributo al legado automovilístico local: encarnó una narrativa de identidad latinoamericana que la compañía Mercado Libre decidió transformar en estrategia de marca regional
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Colapinto nació en Pilar, Buenos Aires, y avanzó por karting, Fórmula 4, Fórmula 3, Fórmula 2, hasta llegar a la Fórmula 1. Esta trayectoria es una historia de mérito, sacrificio y evolución constante, y no simplemente un “endorsement” más para una marca. Como afirma:
“Competir con los colores de Mercado Libre es algo muy especial para mí. Significa llevar a la pista una marca que nació en mi país y que hoy representa a millones de latinoamericanos en el mundo”.
Este tipo de declaración resuena. Según el psicólogo organizacional Adam Grant en Give and Take, las narrativas más potentes emergen cuando el comunicador cree realmente en lo que comparte. En un contexto donde generaciones como la Gen Z y los Millennials disponen de un detector de autenticidad finamente afinado, marcas que intentan fabricar un rostro sin coherencia pierden credibilidad.
La visibilidad del helicóptero de Alpine que presentó el diseño del casco acompañó una campaña integral con el eje “Vuelve Franco, volvimos todos”. La iniciativa se apoyó en atributos como velocidad, transformación y pertenencia, posicionando a Mercado Libre no solo como plataforma de e-commerce, sino como marca que acompaña el ascenso de talentos latinoamericanos.
El nuevo casco, trasciende lo estético para convertirse en un gesto cargado de identidad. El diseño rinde homenaje a la legendaria Misión Argentina de 1969, cuando tres Torino compitieron en las 84 Horas de Nürburgring bajo la dirección de Juan Manuel Fangio, demostrando que la ingeniería nacional podía medirse con las potencias europeas en el temido “Infierno Verde”. Al recuperar ese legado, Colapinto no solo honra la historia del automovilismo argentino, sino que proyecta un símbolo de orgullo regional que Mercado Libre amplifica desde su narrativa de marca: una conexión entre pasado y presente, entre la pasión física de la pista y el ecosistema digital que la multiplica en toda Latinoamérica.
Esta acción pone en escena otro concepto clave: la phygitalidad. Introducido por el experto en retail Alex Simonson, este término describe la integración fluida entre experiencias físicas y digitales, en la que ambos mundos no compiten, sino que se potencian mutuamente.
Mercado Libre lo entiende con precisión quirúrgica: el “head of culture”, el equipo creativo y la apuesta por una campaña que mezcla lo tangible (el casco, el rally automotriz) con lo digital (plataforma, redes, comunidad) muestran que la marca transciende la dicotomía online vs offline. Esta estrategia se promueve desde hace más de tres años en el ámbito latinoamericano

La alianza entre Franco Colapinto y Mercado Libre demuestra que la auténtica ventaja competitiva de marca no se construye únicamente con presupuesto o visibilidad: se articula con propósito, identidad y cultura. El casco-tributo es el foco inicial, pero la historia va más allá: es una estrategia de marca regional que abraza la phygitalidad para redefinir cómo una empresa latinoamericana puede expandirse y conectar con su audiencia desde lo real, lo simbólico y lo digital.