Google ha cambiado de rumbo. Aunque en 2020 anunció con firmeza que eliminaría las cookies de terceros en su navegador Chrome, esta semana comunicó oficialmente que mantendrá esta tecnología publicitaria en funcionamiento. El anuncio, firmado por Anthony Chavez, vicepresidente de Privacy Sandbox, se realizó a través del blog corporativo de la compañía, y representa un giro clave en su estrategia hacia la privacidad y el rastreo de usuarios.
Este cambio de dirección impacta de lleno en el ecosistema del marketing digital y la publicidad programática, dado que millones de anunciantes y medios de comunicación dependen de estas cookies para segmentar audiencias y medir resultados.
La eliminación de las cookies de terceros ha sido postergada en varias ocasiones por Google desde que anunciaron su extinción en 2020. Ahora, la compañía justifica su decisión por las preocupaciones de anunciantes, desarrolladores, publishers y organismos reguladores, en especial de la Autoridad de la Competencia y Mercados del Reino Unido (CMA).
La CMA alertó en su momento sobre el riesgo de que Google usara su posición dominante para desequilibrar el mercado publicitario a su favor mediante el uso exclusivo de tecnologías como Privacy Sandbox, sin una transición adecuada para la industria.
Privacy Sandbox es la alternativa de Google a las cookies de terceros: un conjunto de tecnologías que busca ofrecer segmentación publicitaria sin comprometer directamente la información personal del usuario. Entre sus iniciativas se encuentran:
Google afirma que seguirá desarrollando estas herramientas mientras recopila feedback de la industria global de la publicidad y de autoridades regulatorias en distintas regiones.
Google reconoce que el contexto ha cambiado profundamente desde 2019. El auge de la IA generativa, la evolución de las normativas de privacidad global y la adopción acelerada de tecnologías de protección de datos están reconfigurando la manera en que las grandes plataformas gestionan la información de los usuarios.
Chavez afirmó que se están abriendo nuevas oportunidades para ofrecer experiencias personalizadas sin sacrificar privacidad, y que Google seguirá apostando por ese camino con el desarrollo de tecnologías más seguras y menos invasivas.
El anuncio de Google también llega en medio de un contexto judicial complicado para la empresa:
Estas presiones legales también influyen en las decisiones estratégicas de la empresa, que ahora parece más cautelosa en cuanto a los cambios estructurales en su navegador Chrome, uno de los más usados del mundo.
Aunque Google había prometido un futuro sin cookies de terceros, su decisión de mantenerlas demuestra la complejidad de equilibrar innovación, privacidad, regulaciones y rentabilidad. Privacy Sandbox seguirá siendo el eje sobre el que gira su evolución tecnológica, pero los cambios serán más graduales y menos disruptivos de lo que se anticipó en 2020.
En el nuevo escenario digital, la presión por preservar la privacidad sin perjudicar el ecosistema publicitario será una constante. Y en ese equilibrio inestable, Google deberá navegar entre el escrutinio de los reguladores y las expectativas de toda la industria.
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